Gracias, Davy Dav Kingston, por este regalo inesperado, firmado y dedicado, además. Por esta joya musical y políglota (con letras cantadas en varios idiomas, en inglés, euskera, castellano y francés), que es la confirmación de que, en efecto, el reggae es un lenguaje universal, capaz de traspasar fronteras. Fronteras idiomáticas, físicas, ideológicas…. Y, como dijo en su día Winnie Mandela, también capaz de “dar aliento, inspirar y unir “. Y de convertirse en herramienta para la construcción de un mundo mejor, añadiría yo.
Un CD nacido del corazón y creado a ritmo de latido, que habla de amor y paz. Algo siempre necesario. Y ahora más que nunca, en este momento actual, donde la guerra, la destrucción, violencia y la vulneración de los derechos más elementales, se han asumido ya como parte de la normalidad cotidiana.